Es uno de los pueblos más bonitos de Andalucía. Y de toda de España, cualquiera lo confirma cuando pasee un día por sus calles laberínticas, sus fachadas encaladas, sus molinos de agua y sus patios floridos hasta arriba de azulejos al más puro estilo nazarí. Por algo ése es el origen arquitectónico de Vejer de la Frontera, la localidad gaditana de cerca de 13.000 habitantes, situada a orillas del río Barbate y a apenas ocho kilómetros de distancia de la costa.
El casco antiguo, amurallado y elevado a 200 metros de altura, está declarado Conjunto Histórico Artístico. Normal teniendo en cuenta joyas como el Arco de las Monjas, el rincón más fotografiado de la localidad, junto la fuente de los pescaditos de la Plaza de España. Volviendo al arco, hay que asomarse y disfrutar de las vistas panorámicas a la zona baja del pueblo, la parte residencial que bordea el centro. El arco, además, da acceso al barrio de la Judería, otro de los imprescindibles, salpicado de tiendas de artesanías locales, galerías de arte y algún que otro café con encanto.